¿Es posible recortar la inversión pública, no mejorar las políticas sociales y al cabo de un año empeorar la situación financiera del Ayuntamiento de Zaragoza?. Parece difícil pero eso, ni más ni menos, es lo que ha hecho Fernando Rivarés y el Gobierno de ZEC a lo largo de este año.
Los socialistas nunca hemos negado que la situación financiera del Ayuntamiento de Zaragoza fuese buena al abandonar el PSOE el gobierno. Nada más lejos. Pero frente al catastrofismo de quienes hablaban de “deuda criminal”, los socialistas siempre hemos defendido que esa deuda respondía a decisiones políticas muy concretas que en su momento consideramos trascendentales y de las que nos sentimos muy orgullosos. Por un lado la transformación de la ciudad, desde las riberas a los nuevos equipamientos, parques, calles renovadas, espacios públicos al servicio de la ciudadanía,… Y por otro la decisión de volcar todos los esfuerzos al alcance de la ciudad para mitigar, mediante el mayor esfuerzo hecho nunca en política social, los efectos de la crisis.
Esa deuda que acumulamos tiene rostros. Los de los cientos de niños y niñas que accedieron a becas de comedor que el gobierno de la DGA de Rudi les negaba. Los de los cientos de familias que vieron como se evitaba que se les cortase la luz o los beneficiarios de más de 7 millones de euros en ayudas de urgencia que suplieron los recortes encubiertos de Rudi y Rajoy. También tienen paisajes y mejoras cotidianas. Parques, transporte, infraestructuras y equipamientos.
Lo grave es que, en este año, ZeC no sólo no ha mejorado las políticas sociales que dejamos los socialistas sino que no ha sido capaz de emprender un solo proyecto de enjundia. Una ciudad paralizada en la que, no obstante, las cuentas salen claramente peor. Estos son los datos.
– La deuda viva ha pasado de 838 millones hace un año a 851, 13 millones de euros más.
– El pago a proveedores ha pasado de 19 días hace un año a 35, 16 días más.
– La capacidad de financiación se ha reducido de 47 millones a 22, 25 millones menos.
Unos datos que nos abocan a nuevo plan de ajuste y a nuevas exigencias por parte del gobierno central y que demuestran la absoluta incapacidad de ZEC.