La decisión de Zaragoza en Común de no buscar acuerdos con las fuerzas políticas que facilitamos la investidura del alcalde Pedro Santisteve y tratar de llevar a cabo, a pesar de contar con sólo 9 concejales, su programa de máximos ha condicionado la legislatura.
A pesar de la voluntad constructiva con la hemos planteado nuestra oposición y que hemos expuesto anteriormente, los socialistas nos hemos tenido que ver obligados a hacer una oposición firme y contundente contra los incumplimientos, excesos, errores y otro tipo de conductas poco democráticas de una Zaragoza en Común que lejos de modular su acción de gobierno ha dirigido la ciudad exclusivamente en favor de sus intereses y de sus colectivos próximos, planteando un programa político extremista y alejado de las necesidades de la ciudad y de sus ciudadanos.
En ese sentido, siempre defendiendo los intereses de la ciudad y nuestro proyecto político, nos hemos opuesto a proyectos del equipo de Gobierno como subir los impuestos a los comercios y oficinas de la ciudad o a los proyectos de remunicipalización de servicios públicos planteados por Alberto Cubero y que carecen de las mínimas garantías jurídicas, económicas y técnicas y que están dirigidos exclusivamente a satisfacer los compromisos personales de Cubero con algunos comités de empresa de las contratas.
También hemos sido muy duros con la ausencia de calidad de democrática y el retroceso en materia de transparencia. El grupo que llegó agitando la bandera de la democracia y la transparencia, ha actuado de forma sectaria, llegando a construir falsas acusaciones penales contra empleados municipales como en el caso de Ecociudad. Igualmente, hemos tenido que asistir a hechos inéditos como la negativa del Alcalde a convocar un pleno solicitado formalmente con arreglo al Reglamento Orgánico por los grupos de la oposición y hemos tenido que acudir al Justicia para que se convocase la Comisión de Vigilancia de la Contratación.
En este contexto, no es de extrañar que Zaragoza haya pasado del primer puesto en transparencia en 2014 de acuerdo con el informe que elabora Transparencia Internacional al puesto 53º en 2017.
Finalmente, también debemos denunciar la falta de palabra del Gobierno de Santisteve. Una falta de palabra que se ha traducido en el sistemático incumplimiento de las partidas presupuestarias provenientes de enmiendas socialistas. Como ejemplo, de los 8,7 millones de euros que sumaban las enmiendas socialistas, apenas se ejecutaron realmente, 1,8 millones, es decir, un 21%. Algunas de las partidas más flagrantemente incumplidas fueron:
- Ayudas al pago de tributos: de 2,8 millones se ejecutaron 66.000 euros.
- Ayudas rehabilitación vivienda en Grupos sindicales: de 1,8 millones no se ejecutó ni un céntimo.
- Plan de Empleo joven: de 450.000 euros se ejecutaron apenas 22.000 euros.
Otro ejemplo de la falta de respeto de Zaragoza en Común a la palabra dada y a la voluntad de la mayoría es que apenas se han cumplido 1 de cada 4 mociones socialistas aprobadas en el Pleno.