Los socialistas nunca hemos discutido que, al final de nuestro mandato, la situación económica del Ayuntamiento fuese mala. En efecto, los datos de la deuda municipal no eran, hace un año, buenos, pero es preciso dejar claro que hoy son peores, aunque con una diferencia no menor. Los socialistas gobernamos en Zaragoza durante los peores años de la crisis.
Entre 2009 y 2013 la Gran Recesión sumió a España en la peor crisis económica del último siglo con una destrucción inaudita de empleo y una parálisis de la actividad económica casi total. El resultado fue una caída abrupta de los ingresos municipales y un deterioro de las cuentas del ayuntamiento que fue básicamente similar al de cualquier otra administración fuese gobernada por quien fuese gobernada.
Pero tampoco conviene olvidar que los socialistas tomamos algunas decisiones que también explican la situación financiera del Ayuntamiento. En primer lugar, en los años anteriores a la crisis, abordamos la mayor transformación urbana de la ciudad acontecida en los últimos 30 años. La apuesta por la Expo 2008, supuso una inversión sin precedentes en infraestructuras, equipamientos y recuperación de espacios ciudadanos como las riberas, los parques y un desarrollo profundísimo de la movilidad urbana con nuevas líneas de autobús y la puesta en marcha de la Línea 1 del tranvía.
Ese fue nuestro legado. Una ciudad más limpia, moderna y atractiva para todos y todas las zaragozanas y proyectada hacia el mundo como una de las mejores ciudades del sur de Europa. Un legado que, no obstante, requirió un esfuerzo inversor sin precedentes que, no obstante, creímos y creemos que mereció la pena.Por otra parte, cuando la crisis económica comenzó a golpear con la mayor dureza, los socialistas tomamos también otras decisiones que nos diferenciaron de otras grandes ciudades en España y de otras administraciones como el Gobierno de Aragón.
Mientras Madrid, Barcelona o Valencia, gobernadas por el Partido Popular, emprendían recortes durísimos contra las políticas sociales, o vendían viviendas sociales a fondos de inversión extranjeros para hacer caja a costa de las familias más desfavorecidas, el Ayuntamiento de Zaragoza inició un esfuerzo sin precedentes en materia de política social. Basten algunos datos: Quintuplicamos el gasto en ayudas de urgente necesidad, ampliamos el parque de viviendas sociales, pusimos en marcha programas de suministro de alimentos o cubrimos los recortes de Rudi en becas de comedor. Nos sentimos profundamente orgullosos de aquellas decisiones, pero claro está, todas esas políticas costaron dinero y nos obligaron a aumentar la deuda.
Somos honestos y jamás hemos discutido que la deuda de la ciudad de Zaragoza es importante. Por eso defendimos en campaña la necesidad de aprovechar la mejora de la economía y la recuperación de los ingresos para reducir esa deuda y liberar los recursos que la misma nos detrae cada año. Así lo comenzamos a hacer desde 2014 cuando las circunstancias lo empezaron a permitir, pero en ningún momento dudamos de haber hecho lo correcto transformando la ciudad y poniendo todos los esfuerzos precisos para no dejar a nadie atrás durante lo peor de la crisis.
Ha pasado justamente un año desde las pasadas elecciones municipales y en unos días se cumplirá un año desde que Zaragoza en Común llegó a la Alcaldía. Un año es tiempo suficiente para empezar a juzgar la gestión de un gobierno por sus propios actos y cada vez con menos posibilidad de agarrarse a la manida excusa de la herencia recibida. Ayer, el Pleno del Ayuntamiento tuvo la ocasión de debatir sobre el informe del Interventor acerca del Plan de Ajuste. Un informe que nos permite ver, ya con suficiente perspectiva, la evolución de las cuentas de la ciudad y que, tal y como tuvimos ocasión de señalar durante el Pleno, nos deja ciertamente preocupados en la medida en que todas las magnitudes económicas que mide ese informe han empeorado claramente: -La deuda viva ha pasado de 838 millones hace un año a 851, 13 millones de uros más.-El pago a proveedores ha pasado de 19 días hace un año a 35, 16 días más.-La capacidad de financiación se ha reducido de 47 millones a 22, 25 millones menos.
Los datos no engañan y muestran una clara tendencia a peor. Pero no es eso lo más grave. Lo más grave es que todo se ha producido en medio de la absoluta parálisis de la ciudad. En mitad de un recorte enorme de la inversión, de la paralización de obras y proyectos ya licitados como el Alumbrado de la Avenida de Cataluña, la reforma de la calle Oviedo o el Parque de Bomberos de Casetas; en mitad de la ausencia total de proyectos de transformación, enredados en eternos y dudosos procesos participativos para dejar correr el tiempo sin tomar decisiones y en mitad también de una absoluta falta de iniciativas en materia de acción social, Zaragoza en Común ha empeorado los datos de deuda y la situación económica del Ayuntamiento de Zaragoza. Las excusas se empiezan a terminar y va siendo hora de que el Gobierno de ZEC abandone los efectismos y la propaganda y demuestre de una vez que está capacitado para gestionar.