Los socialistas presentarán una moción en el Rabal para que no se adopten decisiones sobre las compuertas hasta que la Confederación Hidrográfica del Ebro no haga un estudio del cauce
Zaragoza, 23 de Enero de 2018– El afán de ZeC por desmontar el azud del Ebro responde a una convicción militante de la responsable de Medio Ambiente, Teresa Artigas, pero no está avalado por ninguna autoridad en temas medioambientales que haya realizado estudios al respecto.
La concejala socialista de Urbanismo, Lola Ranera, lamentó que el debate sobre el azud se haya querido vestir de solvencia técnica, cuando solo es “un objetivo militar y un objetivo del activismo más absoluto”.
Así, desveló que un debate de expertos que organizó Artigas (de expertos elegidos por la concejala) no llegó a las conclusiones requeridas por la responsable de ZeC, ya que se ha podido conocer que no se dieron criterios favorables al desmantelamiento del azud, tampoco tuvo más éxito el plan de la concejala Artigas de desmontar las compuertas, porque era muy oneroso. Por eso, explicó Ranera, Artigas ha puesto en marcha la opción tres que pasa por bajar las compuertas de la infraestructura.
La concejala socialista pedía datos objetivos en todo este debate. Así reclamó las conclusiones de los expertos, el expediente administrativo, que no existe, y que es el cauce para recoger los cambios de criterios en el manejo de las compuertas.
Lola Ranera, que también es presidenta de la Junta de Distrito del Rabal, adelantó que los socialistas han presentado en la junta municipal una moción para que no se realice ningún cambio en la gestión de las compuertas hasta que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) realice un estudio hidrodinámico del Ebro y de sedimentología. “Se está asegurando que todos los males del Ebro tienen que ver con el azud”, por lo que señaló que “el estudio tendrá que aclarar qué hace más daño al caudal del río: poner las compuertas o bajarlas”, apostilló Ranera.
De la misma manera, la concejala de Urbanismo del PSOE manifestó su extrañeza porque el borrador de presupuestos solo contemple una inversión de mil euros para la renovación de tuberías, cuando existe un plurianual de 4 millones de euros. Ranera defendió la necesidad de seguir actualizando la red y rechazó los argumentos de Artigas, quien se escudó en la complejidad de los procedimientos para no licitar estas obras que supone un beneficio directo para los ciudadanos.