El portavoz socialista de Presidencia y Participación Ciudadana, Roberto Fernández, cree que el nuevo Gobierno municipal deberá abordar la situación con urgencia
Zaragoza, 14 de Marzo de 2019– El PSOE asegura que la gestión de la Consejera de ZeC, Elena Giner, al frente de la Policía Local durante estos cuatro años solo ha servido para “empeorar el funcionamiento del cuerpo” y ha aventurado que deberá ser uno de los servicios que más atención requiera tras la conformación del nuevo Gobierno municipal para revertir las situaciones anómalas que se han creado.
El portavoz socialista en la Comisión de Presidencia y Participación Ciudadana, Roberto Fernández, recordó que la aprobación del nuevo calendario que organiza los turnos de los policías “se cuadró a martillazos” con el objetivo de descabezar a la UAPO, pero sin prever las consecuencias más inmediatas, como la falta de efectivos en la calle en determinadas fechas o eventos.
Fernández señaló además que algunos de los acuerdos que dieron luz verde a la nueva organización policial se están incumpliendo, como los que afectan al reconocimiento de la penosidad de la unidad de motoristas, que conlleva un complemento económico, el establecimiento de un turno fijo de noche en el sector uno, o la prioridad en la elección de vacantes para los agentes que experimentaran variaciones de organización en sus unidades.
El concejal socialista reconoció que el actual mandato heredó una déficit en la plantilla de la Policía que, sin embargo, funcionaba con normalidad, pero ahora está a punto “de explotar”, dijo, y aseguró que el nuevo gobierno que salga tras las elecciones deberá de abordar con urgencia una solución para la Policía Local.
De la misma manera se interesó por la unidad de mediación de la Policía, y advirtió que el concepto de policía de proximidad no debería pretender cambiar el papel y la finalidad de los agentes, ni convertir a los policías en asistentes sociales con uniformes.
El portavoz socialista calificó también de fracaso la acción de Giner en el ámbito de la participación ciudadana, principalmente por despreciar la democracia representativa, por la falta de impulso a las juntas municipales y vecinales y por su sectarismo. En este mismo capítulo incluyó la pérdida de confianza en los presupuestos participativos que aun tienen 108 obras sin empezar.