Los socialistas critican la falta de participación que ha habido en el proceso, la prisa que les ha entrado ahora a los comunes y la pérdida de un discurso vanguardista en la movilidad urbana
Zaragoza, 11 de Septiembre de 2018 – El Plan de Movilidad Urbana Sostenible que presentó el Gobierno de ZeC la semana pasada supone la pérdida de una oportunidad de oro para apostar por una movilidad de vanguardia en Zaragoza, capaz de resolver los problemas pendientes y de potenciar un modelo de ciudad con personalidad propia.
Los socialistas consideran que el documento, que ha perdido el carácter innovador de su predecesor, pone el acento en las prohibiciones y en las imposiciones antes que en las alternativas y las soluciones, además de menoscabar la intermodalidad. Pero sin duda el principal problema que aqueja este documento es la falta de consenso con el que ha gestado, que es una herramienta fundamental si de verdad se quieren afrontar cambios o estrategias a medio y largo plazo.
La concejala de Movilidad del PSOE, Lola Ranera, manifestó su “profunda decepción” con la manera en la que ZeC ha llevado a cabo todo el proceso del PMUS, ya que más parece un programa de ideas y ocurrencias que un documento analizado, ponderado y coherente. Es, como si en el fondo, subyaciera el deseo de no llevarlo a la práctica, señaló.
De hecho, tras tres años y medio de marear la perdiz y favorecer los retrasos en la elaboración del nuevo documento, ZeC se despacha con un texto que deja entrever la desconexión con la realidad de Zaragoza. Su organización de la ciudad en anillos, en los que plantea severas restricciones a la movilidad rodada privada, sin tener en cuenta que en nuestra ciudad casi el cien por cien de la población reside dentro del tercer cinturón, no hace otra cosas que vetar la permeabilidad entre sectores urbanos. Este tipo de intervenciones, que parecen copiadas de poblaciones con mayor número de habitantes, solo tienen visos de futuro si van precedidas de una ambiciosa intervención en materia de transporte público que multiplique las conexiones y los medios, a la vez que logre una importante reducción de tiempos de espera y de viaje. Lo contrario, solo anticipa dificultades para los ciudadanos además de una renuncia expresa a favorecer una reducción en el uso del transporte privado en la capital aragonesa.
La falta de coherencia y tensión interna del PMUS se ve también en la apuesta por las peatonalizaciones que se formulan sin un plan de refuerzo del transporte público; en el anuncio, de nuevo, de la segunda línea de tranvía en el eje este –oeste, que ZeC ha tratado de evitar durante todo el mandato porque no se atrevía a asumir su gestión, o en la alusión a una tercera que surge por generación espontánea sin estudios o criterios de idoneidad, o en la intención de generar supermanzanas sin valoraciones de los efectos que generará en cargas y descargas, inversiones, afecciones al transporte, etc.
ZeC ha perdido el tiempo de manera deliberada durante más de tres años para llegar a un nuevo documento que es “una oportunidad pérdida”, señaló la concejala socialista. Su retraso, dijo, ha sido “injustificado” y “su falta de consenso y debate es reprobable y reprochable”. ¿Cómo se puede plantear una inversión de 548 millones –sin tener clara su procedencia— para los próximos nueve años, hipotecando a las futuras corporaciones, sin haber generado un pacto de fuerzas políticas y de ciudadanos?.
Este PMUS, “sin ambición, de factura unilateral y sin una obligada correspondencia en un modelo de ciudad, del que ZeC carece, nace muerto y sin posibilidad de futuro”, indicó Lola Ranera, que avanzó que su formación no apoyará este documento.
Los socialistas consideran que ZeC ha mantenido un absoluto desinterés por armar una verdadera estrategia de movilidad y ahora trata de cubrir el expediente presentando un documento deprisa y corriendo, huérfano de vanguardia y de soluciones, ignorando a todos los protagonistas de la movilidad.