La necesidad de dar alternativas al ocio de los jóvenes y al botellón, la demanda de un espacio peñista y de un protocolo de movilidad, exigencias ineludibles para las futuras ediciones festivas
Zaragoza, 18 de Octubre de 2018 – Las incertidumbres y los múltiples frentes abiertos con que se han desarrollado las fiestas del Pilar este año exigen una profunda reflexión y la adopción de diferentes medidas para que el próximo octubre no se aborden con la misma tensión y, lo que es más importante, no se aboque a la ciudad a asumir los problemas y los riesgos en materia de seguridad y de movilidad que han existido en esta edición. Solo el modelo de fiestas, profundamente asentado, y la disposición de la ciudadanía, que hace del Pilar una conquista de la calle, firman el éxito de los festejos que acaba de vivir la capital aragonesa.
Las fiestas comenzaron con la supresión del mayor espacio de ocio de la ciudad en el Parking Norte tras una gestión displicente del consejero de Cultura de Zaragoza, Fernando Rivarés, cuya indolencia permitió que se rebasaran todos los plazos razonables para sacarlo a licitación con garantías; con un maltrato a las peñas, todo un símbolo festivo, que, por primera vez en la historia se quedaron sin ningún espacio de referencia; y con una huelga en el tranvía (con una reducción de 200.000 personas transportadas en relación a 2017, que supone un 21% menos) que ha complicado la movilidad especialmente en Valdespartera, donde se acumulaba la mayor oferta de ocio, provocando un mayor uso del turismo privado.
Estos déficits han estado en el origen de otros muchos problemas que tienen que ver con la realización de multitudinarios botellones, sobre todo en Valdespartera y puente de Santiago, y con la excesiva concentración de basura en estos enclaves, donde los residuos han crecido un 12,69%.
No obstante, aunque estos son los grande ejes de los problemas que han soportado estas fiestas, ha habido muchas otras situaciones de tensión que ha fraguado el Ayuntamiento de ZeC, incluso en el mundo de la Jota o en actos tradicionales en los que se ha favorecido la exportación de las polémicas independentistas.
La concejala del Cultura del PSOE, Lola Ranera, considera necesario adoptar de inmediato decisiones para poner en marcha soluciones que eviten la vulnerabilidad que ha tenido la ciudad en estas fiestas. Así, instará, en una moción, a que se garantice la existencia de una oferta de ocio nocturno que diversifique los espacios y que genere alternativas al consumo de alcohol, especialmente para el público más joven.
En este mismo sentido, se abogará por crear una mesa de trabajo con la participación de los grupos políticos, las fuerzas de seguridad, los servicios sanitarios, las entidades juveniles y vecinales para analizar el fenómeno del botellón, y plantear medidas alternativas, que sirvan para reorientar esta práctica.
Un tercer eje en el que los socialistas quieren incidir es en la necesidad de dar una respuesta a los peñistas, en consonancia con los acuerdos ya adoptados el mes de septiembre
Un último planteamiento de la moción socialista insta al Gobierno de Zaragoza a elaborar un protocolo de garantías para la movilidad en las fiestas, que prevenga los conflictos laborales en el periodo de fiestas.
De la misma manera, Lola Ranera formulará una batería de preguntas en la Comisión de Economía y Cultura para desentrañar la arquitectura financiera de la Consejería y de la sociedad Zaragoza Cultural, atendiendo tanto los ingresos por patrocinios, como a los créditos de publicidad y al estado de las cuentas de la sociedad sobre la que está pendiente la realización de una auditoria por su caótica gestión.