Existe sobre las encuestas una frase, puede que apócrifa, que dice que las encuestas pueden dar el resultado que uno quiera, a condición de que se las torture adecuadamente. Dicho de otro modo, ninguna encuesta, al menos en su parte de estimación de voto, es inocente y a menudo muchas de ellas están cargadas de intencionalidad política. Unas veces, lo que pretenden es animar a determinados electores, provocar su reacción o convertir en posible lo que no es, neutralizando así la irresistible tentación del voto útil.
Sin embargo hay datos dentro de cualquier encuesta que no admiten estimación ni valoración subjetiva y que, salvo grosero falseamiento, nos brindan una fotografía clara de lo que piensa la ciudadanía, más allá de la cuestión de a quién piensan votar. Y ninguna encuesta puede compararse en este punto a la del CIS.
En este sentido muchas veces hemos dicho que los socialistas somos el partido que más se parece a España. Que nuestras preocupaciones coinciden con las de mayoría de los ciudadanos y ciudadanas y que nuestro proyecto se ajusta mejor que ningún otro a lo que los españoles esperan y desean. Esta semana, la encuesta del CIS nos recordaba exactamente eso. Así preguntando a los españoles cómo se definirían políticamente, un 21% se declaraba socialista o socialdemócrata, por sólo 12% que lo hacía como liberal o un 13% como conservador. Del mismo modo, preguntados en una escala del 0 (más a la izquierda) al 10 (más a la derecha) dónde se situaban, la media de los encuestados se situaba en el 4,7 (centro izquierda) situando al PSOE en el 4,4, frente al 8,2 del PP, el 6,4 de Ciudadanos o el 2,25 de Podemos.
¿Qué significa todo esto? Pues que en efecto, además ser el partido que lidera la intención directa de voto y la intención directa más simpatía, los socialistas, una vez más coincidimos en nuestra posición con los anhelos de la gente. Frente a quienes se erigen como portavoces de la “gente” o quienes apelan al miedo, nuestro proyecto y nuestros equipos son la gente y piensan realmente como ellos. Esta coincidencia no puede ser en vano. Al contrario. Son muchos los ciudadanos que se manifiestan aun indecisos pese a la cercanía de las elecciones y tenemos que ser capaces de convertir esa coincidencia en confianza y esa confianza en votos. España necesita ese cambio que une y que representamos los socialistas y Pedro Sánchez, pero las encuestas nos dicen que no sólo lo necesita, sino que lo quiere.
Hagamos que, de aquí al día 20 de diciembre, lo que los españoles quieren se haga realidad.