La Gestión de un Ayuntamiento de una gran ciudad de 700.000 habitantes tiene una incidencia directa en diversos aspectos de la vida de los ciudadanos. Un ayuntamiento, a través de las distintas competencias que ejerce debe tomar decisiones que abarcan asuntos tan determinantes como el fomento de la actividad económica, la acción social sobre los colectivos más desfavorecidos, la participación ciudadana, el modelo de ciudad a través de los distintos instrumentos urbanísticos, así como toda una serie de competencias genuinamente municipales que van desde el transporte público, a la limpieza, el abastecimiento de agua o los parques y jardines.
Los ciudadanos y ciudadanas, a través de las elecciones, deciden cada cuatro años la orientación política que desean dar a las distintas políticas que un ayuntamiento puede desarrollar. Políticas que, en función de las diferentes ideologías pueden y deben ser naturalmente diferentes dependiendo de quien las ejerza, siendo todas ellas legítimas.
Lo que una ciudad que aspira a ser una gran ciudad no puede ni debe permitirse es la paralización y la ausencia de un horizonte y de proyectos de futuro sobre los que construir sus aspiraciones. Una ciudad que no emprende proyectos es una ciudad condenada a la mediocridad y a ser relegada en un escenario cada vez más competitivo también a la hora construir marcos de convivencia y espacios de crecimiento.
EL GOBIERNO DE LA INACCIÓN
La capacidad de gestión de un Gobierno puede medirse desde distintos puntos de vista, pero en el caso de un ayuntamiento de una gran ciudad, una referencia muy significativa es el volumen de expedientes que cada área es capaz de trasladar al Pleno del Ayuntamiento para su debate y aprobación. En esos expedientes se expresa la iniciativa política de un Gobierno, su capacidad para promover propuestas e iniciativas políticas que plasmen el proyecto político del Gobierno.
Pero también, de su capacidad para tramitar esos expedientes, depende en buena medida la capacidad de la ciudad de atraer y promover proyectos e iniciativas privadas que se traducen en inversión, crecimiento y finalmente en empleo. De esa capacidad por tanto, depende buena parte del atractivo de una ciudad y su capacidad para generar actividad y riqueza.
En este sentido, nada resulta menos atractivo para la inversión y la creación de riqueza que un gobierno sin ideas, con exceso de prejuicios y que apenas juega a otra cosa que a ganar tiempo, y dilatar los procedimientos. Esa parece ser la tónica que caracteriza al Gobierno de ZEC que, una vez se ha perdido la inercia de gestión del anterior Gobierno, empieza a quedar en evidencia como un gobierno sin iniciativa: es el gobierno de la INACCIÓN. A veces peor incluso, porque toda su actitud se resume en tratar de dilatar los procedimientos y vadear el mandato sin adoptar decisiones que puedan entrar en contradicción con sus propios prejuicios. Incluso, en algunos casos, sin atreverse, al menos, a decir tajantemente no.
La lista de proyectos paralizados o demorados de forma extraordinaria se ha incrementado de forma espectacular en estos 8 meses. Algunos son:
- Averly
- Parque de Bomberos de Casetas
- Lestonnac.
- Pikolin / Torre Village.
- Romareda.
- Aceralia.
- Plan de Polígonos industriales.
- Grupos Sindicales.
- Torre de la Almozara.
- Calle Oviedo
- Avenida Navarra.
- Campo de Golf de Arcosur.
Lo que decimos queda nítidamente claro si vemos como el número de expedientes que ha tramitado ZEC ha bajado casi a la mitad respecto a los últimos 8 meses de la anterior Corporación. Pero queda aún más claro cuando vemos cómo en los dos últimos plenos de gestión, la producción de expedientes por parte del Gobierno ha sido de 10 y 8 expedientes respectivamente.
Es muy llamativo, en ese sentido lo que ocurre en dos áreas tan sensibles como Urbanismo o Acción Social. En la primera área hemos visto como en el último pleno apenas se han ventilado 5 expedientes, cuando la media normal ronda los 20. Pero sin duda, el o el caso particularmente sangrante el caso de Acción Social. Un área que debiendo ser la joya de la corona para un gobierno como el Zaragoza en Común que ha hecho bandera y razón de ser de la emergencia social, sin embargo, no ha sido capaz de traer al Pleno NI UN SOLO EXPEDIENTE en estos 8 meses y medio de mandato.
No hay razón que lo justifique de no ser que bajo toda la palabrería, todo el postureo no había nada, absolutamente nada,- parecido a un proyecto de ciudad.