Es inaudita e inédita la decisión del alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, de personarse en la Fiscalía para trasladar situaciones, de las que ni los grupos ni los consejeros tienen referencia, sobre Ecociudad Zaragoza. Por ello, esta misma mañana, los consejeros de esta sociedad municipal, Lola Ranera y Roberto Fernández, han enviado una carta al primer edil reclamándole explicaciones y la convocatoria de un consejo extraordinario que aclare las razones que han llevado al alcalde a tener un comportamiento que genera tanta “estupefacción”.
El portavoz del grupos del PSOE, Carlos Pérez Anadón, explicó que es la primera vez en la historia del Ayuntamiento de Zaragoza que un alcalde se persona en la Fiscalía para poner unos hechos en conocimiento de este órgano judicial, ya que el Ayuntamiento tiene unos servicios jurídicos que se encargan de señalar cualquier irregularidad, y representa el paso previo para que se pueda adoptar una decisión institucional, por lo que, dedujo, Santisteve sólo ha podido dirigirse al teniente Fiscal en calidad de presidente del Consejo de Administración de Ecociudad.
Sin embargo, los dos miembros del PSOE en el Consejo de Administración, Lola Ranera y Roberto Fernández, tampoco tienen ningún conocimiento de las razones que han llevado a Santisteve a protagonizar una actuación tan particular. “Es una actuación ianudita e inédita, que genera estupefacción y que es inaceptable desde el punto de vista político porque ni los grupos ni los consejeros conocen nada al respecto”, explicó el portavoz del PSOE, Carlos Pérez Anadón.
El responsable de los socialistas en el Ayuntamiento de Zaragoza señaló además que es “un argumento desmontable” a la vez que “vacuo y huero” decir que no se hace referencia a la naturaleza de los hechos que se trasladan al Fiscal para no dificultar la investigación, ya que en el caso de detectarse alguna irregularidad lo primero que debe hacerse es poner en marcha los mecanismos que tiene el Consejo de Administración para resolver cualquier anomalía, donde, por cierto, además cada consejero tiene responsabilidad individual.
No obstante, esta manera de proceder oscurantista y al margen de los cauces de los que se dotan las instituciones para garantizar la idoneidad de sus actos, lleva a pensar que el comportamiento del alcalde no tiene que ver “ni con lo institucional ni conla defensa de los intereses generales”.