Los socialistas reclaman al alcalde un cambio de rumbo en la manera de gestionar la institución y que exija responsabilidades a quienes le empujaron a adoptar una decisión plagada de ilegalidades
El PSOE considera que la decisión de la magistrada del Juzgado Contencioso Administrativo Número 4 de Zaragoza de mantener las medidas cautelares que se adoptaron respecto a la internalización del 010 pone de manifiesto que el proceso que puso en marcha el Gobierno de ZeC ofrece dudas suficientes como para seguir estudiando la manera en que se han hecho las cosas.
Los socialistas destacan que la decisión del juzgado deja en evidencia las formas de actuar de ZeC, que vulneran las normas y los procedimientos sin ningún reparo y con desprecio a los informes de legalidad, por lo que demandan al alcalde, Pedro Santisteve “que no mire para otro lado, que no se esconda y que exija responsabilidades a quienes le llevaron a decretar la internalización del 010”.
Los socialistas ya advirtieron de que la decisión que tomó Santisteve, internalizando el servicio por las bravas, tenía visos de ilegalidad, tal y como corroboró el informe de Intervención que señaló reparos suspensivos porque no existía dotación presupuestaria para pagar a las trabajadoras del 010 una vez que se integraran en la plantilla municipal. De la misma manera, destacó que para que el Ayuntamiento pudiera subrogarse a las trabajadoras era preciso que las nuevas plazas estuvieran contempladas previamente en la plantilla, cosa que no se ha hecho.
Los socialistas consideran “muy preocupante” la manera en la que se está trabajando en el Ayuntamiento de Zaragoza, ya que hay una tendencia manifiesta a “ hacer las cosas mal, a quebrar la legalidad, a generar inseguridad jurídica y acabar dilucidando los asuntos en los tribunales”.
Los socialistas consideran que la decisión de la jueza de mantener las medidas cautelares demuestra que las decisiones de ZeC han suscitado, cuando menos dudas, que obligan a seguir recabando información. Por eso, creen necesario que Santisteve y su equipo experimenten un “cambio de rumbo” en la manera de afrontar la gestión ordinaria y la extraordinaria dentro del Ayuntamiento y a salvaguardar la credibilidad de la institución que, con cada medida que adoptan, se degrada un poco mas.