El PSOE cuestiona el ritmo de elaboración del Plan de Igualdad y la naturaleza de este documento que no criba las aportaciones, no está jerarquizado, se pierde en numerosos protocolos y no diseña circuitos laborales
La cronificación de la pobreza y el atasco de los centros sociales con las listas de espera, pese a ser la etapa en la que el área de Derechos Sociales cuenta con más medios económicos y humanos, evidencia el fracaso de las políticas de ZeC en materia de Acción Social.
La concejala socialista de Derechos Sociales, Lola Campos, preguntó a la titular del área, Luisa Broto, por el cambio de paradigma que la dirigente de ZeC anuncia desde hace tiempo y que hasta el momento no se ha traducido en nuevas formas o nuevos modelo de trabajo, pero, en cambio, ha activado las alarmas y la sensación de fracaso de la política de ZEC.
De hecho, los datos constatan la existencia de 3.000 familias que renuevan año a año la solicitud de percepción del Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) sin posibilidad de salir de la política asistencial. Es decir, la acción social en Zaragoza es “prestacionista, pero no transformadora”, dijo Campos, quien además hizo hincapié en el mal resultado de las políticas de rotación de los trabajadores, en las bajas de los mismos y en los problemas estructurales del área en un momento en el que hay más dinero que nunca y más incorporaciones de personal que en mucho tiempo, explicó.
Si embargo, los centros sociales “dan abasto lo que pueden dar” para cumplimentar la agenda del día a día. “No hay una fórmula de trabajo que permita dar el salto de la prestación a la integración de los usuarios y a modelos preventivos”, recalcó la concejala socialista.
Lola Campos también llamó la atención en la Comisión de Pleno de Derechos Sociales sobre la “lentitud y de la falta de de ejecución de las partidas” que tienen que ver con las políticas de Mujer. La socialista fue especialmente crítica con con el Plan de Igualdad que elabora el Gobierno de ZeC, que debe ser el instrumento para intervenir en situaciones de maltrato y violencia . Campos lamentó que lo que se ha podido conocer hasta ahora es un documento sin estrategia, sin jerarquizar y donde se almacenan las propuestas de los colectivos que participan sin ninguna criba. “No es un plan sino un fogueo de de medidas aportadas desde distintos grupos, con 12 protocolos distintos y sin generar circuitos laborales, que son fundamentales a la hora de dar una solución a las usuarias. En definitiva, “este plan es una birria, que no gusta a los funcionarios de la casa, y que olvida que debe salvar a las mujeres . Y puedo decirlo es un plan que va lento y va mal”, aseguró Campos.