La Comisión de Presidencia sirvió para censurar el inadecuado folleto sobre el uso de las drogas y para reprochar a ZeC su trato de favor a los grupos que ocupan el Luis Buñuel
El PSOE dejó en manos de los alcaldes de los barrios rurales la decisión última sobre las obras que se acometerán en la periferia con cargo a los presupuestos participativos, a la vez que se incidió en los errores de un proceso que ha cosechado un gran fracaso, pese a que se venda como un éxito por parte del Gobierno de ZeC
El portavoz de Presidencia y Participación Ciudadana del PSOE, Roberto Fernández, no ocultó la frustración que ha acumulado esta iniciativa que, en los barrios rurales, ha derivado en una profunda polémica que amenazaba con anular las competencias de los representantes del alcalde y de las juntas vecinales.
La comisión no se ha sustraído a la tensión que ha generado ZeC en el Ayuntamiento de Zaragoza al hacerse de forma poco ortodoxa con la mayoría en las sociedades mercantiles, alterando la representación que tenía la oposición hasta este momento. Sin embargo, Fernández, ha querido dejar al margen de estas tensiones a los alcaldes de barrio y ha asegurado que apoyará las decisiones que tome el consejo de alcaldes.
Los presupuestos participativos también se han visto salpicados por la polémica del folleto de la Junta del Casco Histórico sobre el consumo de drogas, que los expertos juzgaron de inadecuado además de considerar que incitaba al consumo. Fernández cuestionó el destino del dinero público con esta publicación, además de censurar que no se hubiera consultado con los técnicos municipales en la materia, que son acreditados y con una larga experiencia. “Cuando algo es inadecuado, lo menos que pueden hacer es retirarlo”.
Asimismo, las informaciones sobre el preacuerdo que ha alcanzado la concejala de Policía Local, Elena Giner, con una parte de los sindicatos sobre la reforma policial se coló también en la comisión, y evidenció que se tata de un acuerdo de mínimos en el que las grandes apuestas de ZeC , como la disolución de la UAPO caen en saco roto, aunque la unidad cambiará su nombre por el de Unidad de Refuerzo Flexible (URF), acrónimo que coincide con las iniciales del nombre del concejal socialista, Roberto Fernández, que aprovechó para ironizar y agradecer que sus esfuerzos en defensa de la unidad hubieran derivado en la decisión de otorgarle su nombre. Consciente del poco calado de los cambios que además se vinculan a un acuerdo previo sobre el calendario, Fernández añadió: “para este viaje no hacían falta tantas movidas”.
La comisión se cerró con una pregunta sobrevenida sobre la cesión del instituto Luis Buñuel a un colectivo, al que están vinculados el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve y la concejala de Participación, Elena Giner, que se ha conveniado con un claro trato de favor.