El Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado hoy con la abstención del PSOE, Ciudadanos y PP, la modificación de crédito de 5,4 millones de euros del remanente para pagar las facturas que no tienen consignación en el presupuesto. La ley obliga a destinar el superávit del año anterior a este fin, pero ZeC ha fragmentado esta deuda (la famosa cuenta 413) para abonar primero deudas por valor de 3,8 millones de euros a las multinacionales pero con cargo al presupuesto de 2017, aún pendiente de la aprobación definitiva.
El PSOE se ha abstenido en esta modificación de crédito porque no comparte la mezcla de “estrategia contable e improvisación” de ZeC, que sólo persigue un “lavado de cara” para que el consejero de Economía, Fernando Rivarés, y su Gobierno aparezcan como buenos gestores, algo que según el concejal de Economía del PSOE, Javier Trívez, nada tiene que ver con la realidad.
“Han empezado la casa por el tejado y además alientan una política de “patada adelante” con el presupuesto de 2017, que sólo conseguirá descapitalizarlo y posibilitará que vuelva a haber facturas sin pagar, señaló Trívez.
ZeC ha troceado la deuda de las facturas que no tienen consignación presupuestaria y ha corrido a pagar una parte de esta deuda con cargo al presupuesto de 2017 para que cuando descuente los 5,4 millones que ha aprobado hoy, queden disponibles 11 millones del remanente. ZeC pretende destinar esa cantidad a amortizar los créditos ICO que vinculan al Ayuntamiento de Zaragoza al Plan de Ajuste.
Trívez explicó, en el Pleno extraordinario que se ha celebrado hoy, que salir del Plan de Ajuste es una auténtica falacia, ya que estamos sujetos al cumplimiento de un plan económico financiero en el que nos metió ZeC, por lo que no hay efectos reales para la ciudad. De hecho, explicó, que el PSOE solicitó un informe que detallara las consecuencias de una hipotética salida del Plan de Ajuste que no se han facilitado. “Ha faltado información sustancial y sigue faltando hoy”, aseguró.
Trívez lamentó además que en todo este proceso ha reinado el más absoluto “autoritarismo y oscurantismo”, y advierte que hay muchas otras cuestiones que quedan en el aire, y habrá que valorar si lo mejor es amortizar los créditos ICO, tal y como pretende ZeC, o analizar otras alternativas que puedan generar más beneficio a la ciudad.