En lugar de reconocer esos pasos, Zaragoza en Común pretendió desde el primer momento aparecer como los grandes abanderados de las políticas sociales, como si nada antes de ellos se hubiera hecho. Esa actitud hace que su balance sea aun más decepcionante de lo que, en general, merece ser considerado. Y es que lo mejor que puede decirse, un año después, es que la política social de ZeC ha sido, simplemente, un ejercicio de continuismo que nada ha cambiado, aunque (afortunadamente) nada ha estropeado. Lejos de introducir ninguna mejora, ZeC ha tenido la fortuna de ver como el Gobierno de Aragón de Javier Lambán actualizaba los pagos del IAI, incrementaba las becas de comedor o mejoraba la financiación de la ley de dependencia, liberando así al Ayuntamiento de las cargas que hubo de asumir durante la pasada legislatura por los recortes del gobierno de Luisa Fernanda Rudi.
Un dato lo ejemplifica mejor que cualquier explicación. En un año, el área de Derechos Sociales tan sólo ha llevado UN expediente al Pleno del Ayuntamiento,
Pero el área de Derechos Sociales no sólo se encarga de las políticas sociales. En un diseño del área discutible, bajo el mando de la Vicealcaldesa Luisa Broto se encuentran políticas muy diversas que conforman un cajón de sastre que vistos los resultados de la gestión, casí más puede considerarse un desastre de cajón.
Educación y Juventud
Basta decir que lo más destacado de este área que comprende asuntos de la importancia del mantenimiento de los colegios, la red de guarderías municipales o las políticas de juventud, haya sido el tuit de la concejala Arantza Gracia pidiendo recaudar fondos para pagar la fianza del agresor de Mariano Rajoy.
Empleo, Comercio y Turismo
Nada. No cabe decir mucho más respecto a la gestión en estos tres campos vitales para el desarrollo de la ciudad. Ni una sola medida en materia de empleo, un Plan de Comercio paralizado desde hace un año y nada que permita intuir una mínima estrategia en materia de promoción turística. Nada.
Vivienda
Otra de las grandes banderas de ZeC cuya concreción se limita a la mejora, gracias al Gobierno de Aragón, del plan de captación de viviendas vacías para ofrecerlas en alquiler que ya existía anteriormente. Fuera de eso, poco más. Un abandono deliberado a las clases medias y a los jóvenes producto de una concepción de la política de vivienda completamente centrada en asistencialismo.