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ESTO ES UN AÑO DE ZARAGOZA EN COMÚN | Balance general
Hace justamente un año, Zaragoza en Común obtuvo un resultado electoral que, pese a no convertirle en la primera fuerza política, sí le permitió liderar el gobierno de la ciudad gracias a los votos del PSOE que no dudó en favorecer un gobierno de izquierdas, sin plantear contraprestaciones, ni sillones a cambio. Durante las dos últimas semanas, el Grupo Municipal Socialista ha hecho balance de este año área por área. Un balance que hoy especialmente cobra una importancia especial teniendo en cuenta que Zaragoza en Común representa un ejemplo claro de lo que puede ser una coalición entre Podemos e IU.
GESTOS, GESTOS Y MÁS GESTOS
Una de las notas que más claramente caracterizan a los autodenominados “ayuntamientos del cambio” ha sido la política de gestos. A través de ella y en ausencia de proyectos relevantes, estas plataformas han buscado poner el acento en determinados gestos simbólicos con los que hacer visible el cambio y provocar un efecto comparación que trasladase el mensaje de que el cambio era real y más profundo de lo que en realidad era. Esta política ha sido razonablemente eficaz en aquellos ayuntamientos donde la herencia de los gobiernos del PP era particularmente oscura. Naturalmente, cualquier cambio de actitud que dejase atrás la infinita insensibilidad social del gobierno de Ana Botella en Madrid o que acotase la insufrible corrupción de la Valencia de Rita Barberá, tenía que ser necesariamente bienvenido.
Sin embargo, ese efecto comparación no ha sido tan visible en una ciudad como Zaragoza. Mientras ayuntamientos como el de Madrid vendían los pisos sociales a fondos buitres, en Zaragoza bajo mandato socialista se ponían a disposición de los zaragozanos y zaragozanas 2.500 viviendas públicas, 1600 de ellas sociales y se promovía la construcción desde 2003 de más de 20.000 viviendas de protección. Tampoco en Zaragoza se han producido los casos de corrupción que han afectado a otras ciudades como Valencia, por lo que tampoco por ahí ha podido Zaragoza en Común no ha podido ocultar con la misma eficacia sus carencias compartidas con otras plataformas de confluencia, pese a lo cual ha concentrado una buena parte de sus esfuerzos en realizar gestos para la galería que, en realidad, en ausencia de cosas más relevantes, se han limitado a intentar contentar a sus bases militantes, a la tribu.
Gobernar para la tribu
Un gobierno en democracia gobierna, desde el instante en toma posesión del gobierno, para toda la ciudadanía y no exclusivamente para aquellos que le votaron y mucho menos para aquellos que forman parte de la organización política. La consciencia de esta realidad es la que permite a un gobierno afrontar transformaciones reales y mejorar la calidad de vida del común de la ciudadanía. Por el contrario, la preocupación por atender en exclusiva los intereses particulares de los grupos más próximos conduce, bajo una pátina de coherencia, a la división y al bloqueo, cuánto más si además, se trata de un gobierno en franca minoría.
Se trata de gestos completamente gratuitos, destinados exclusivamente a trasladar a sus más acérrimos simpatizantes la sensación de que, en efecto, el cambio ha sido real. De hacer visible, en ausencia de proyectos propios de calado, que el cambio ha sido real. Sin embargo, el efecto principal de este tipo de gestos no es sino abrir enfrentamientos completamente innecesarios y polarizar a la sociedad alejándola de la política.
UNA CIUDAD PARALIZADA
Detrás de la cortina de humo de los gestos, el resultado de estos 12 meses de gobierno de confluencia entre Podemos e IU es una ciudad completamente paralizada y sin la perspectiva de un proyecto de futuro para la ciudad.
Resultó ser sintomático de lo que habría de venir que la primera reunión de Gobierno se dedicase en exclusiva a acordar la paralización de varios proyectos aprobados y presupuestados por el Gobierno anterior que suponían más de 9 millones de euros de inversión. Pero más allá de las inversiones, ZEC se ha instalado en la parálisis absoluta a la hora de afrontar decisiones urbanísticas necesarias para atraer inversiones privadas y actividad económica. Hasta un total de 200 millones de euros de inversión privada están bloqueados por falta de gestión y decisión de ZEC.
Revisionismo y caza de brujas
Y es que a falta de proyectos propios, Zaragoza en Común ha tratado de justificarse a través de poner en cuestión las actuaciones de los gobiernos anteriores. Tanto como a la ausencia de un proyecto sólido de ciudad, la actual situación de bloqueo y parálisis tiene que ver con la obsesión con la que Zaragoza en Común se ha empleado a la hora de tratar de poner en cuestión la gestión de los gobiernos socialistas de los últimos 12 años.
Pero al margen de las persecuciones y de las acusaciones sin fundamento, también se ha producido un revisionismo sin sentido que ha terminado en muchos casos con proyectos muy valiosos que han sido sustituidos por proyectos insustanciales que han supuesto una pérdida para la ciudad. Este tipo de actuaciones se han dado especialmente en el área de Cultura donde se han eliminados convenios con el ballet de Miguel A. Berna o el certamen de canto Monserrat Caballé, sin que exista ningún proyecto de enjundia que los sustituya.
GESTIÓN… SIN EMERGENCIA SOCIAL
La paralización de la que venimos hablando se ve en la continua ausencia de iniciativas políticas procedentes del Gobierno. En este año, el volumen de asuntos remitidos al Pleno por parte de todas las áreas se ha reducido excepcionalmente y es especialmente llamativo en el área de Derechos Sociales. El gobierno de ZEC que llegó al Ayuntamiento abanderando la emergencia social que según ellos vivía la ciudad se han saldado sin una sola medida política nueva y con un solo expediente tramitado ante el Pleno, el cual no era sino un acuerdo impulsado por el Gobierno de Aragón.
Otras áreas como Urbanismo se limitan, comisión tras comisión a ventilar asuntos de trámite y a enredar los grandes asuntos en los llamados procesos participativos de los cuales no salen propuestas concretas y tan sólo dilatan las decisiones necesarias para sacar adelante los proyectos importantes para la ciudad.
Pero nada ejemplifica mejor la incapacidad de gestión de ZEC que la huelga de Auzsa.
4 meses de Huelga como resumen de un año de gestión
Es evidente que si algún asunto ejemplifica y resume la manera de gobernar de ZeC es la huelga que durante más de cuatro meses, 140 días, sufrieron los zaragozanos y zaragozanas en el servicio de autobús. Un fracaso sin paliativos del gobierno de la ciudad que fue el compendio de todos los defectos que atesoran en su forma de gobernar:
• Imprevisión: tres meses antes de convocarse la huelga, los trabajadores de AUZSA desconvocaron una huelga similar advirtiendo de que, de no prosperar las negociaciones, se convocaría de nuevo una huelga en diciembre. En esos tres meses, el gobierno de ZEC lejos de promover un acuerdo que evitase la convocatoria, se dedicó a alentar las expectativas de los trabajadores de una municipalización del servicio.
• Prejuicios: Desde el primer momento, Zaragoza en Común olvidó que su obligación no era defender los intereses de ninguna de las partes sino de la ciudadanía en su conjunto. Lejos de hacerlo, tomó partido desde el primer momento, fijó unos servicios mínimos claramente insuficientes que agravaron las afecciones sobre los ciudadanos, atacó a la empresa, alentó las expectativas de municipalización y finalmente, tras más de 40 días de huelga acudió al grito de “Sí se puede” a una Asamblea de trabajadores, donde se limitaron a quejarse de que los trabadores le hiciesen esa huelga precisamente a ellos.
• Incapacidad: en ningún momento, durante los cuatro meses de huelga, el gobierno de Zaragoza en Común fue capaz de tomar la iniciativa y reconducir el diálogo entre las partes. En ese tiempo se sucedieron las amenazas, ocurrencias y todo tipo de declaraciones sin fundamento que lejos de acercar el final del conflicto lo alejaban a cada momento. El papel de Alberto Cubero y Teresa Artigas al frente de la huelga alcanzó tal nivel de ineptitud que el Pleno, con la unanimidad de toda la oposición acordó el día 23 de mayo la reprobación política de ambos.
• Soberbia: A pesar de la contrastada incapacidad para reconducir el conflicto, los responsables de ZEC mantuvieron su obstinación en los errores, atacando a la oposición e ignorando una vez tras otra, las mociones aprobadas en Pleno que solicitaban incrementar los servicios mínimos o acudir a un interlocutor externo. Cuando por fin, al borde los 4 meses de huelga, la oposición a través de la Junta de Portavoces tomó las riendas del conflicto, logrando desbloquearlo en apenas dos semanas, el Gobierno reaccionó incumpliendo los acuerdos y adoptando medidas unilaterales sobre el destino del ahorro generado al Ayuntamiento.
LA ECONOMÍA, A PEOR
La situación económica del Ayuntamiento, como la de cualquier otra administración local no era buena cuando los socialistas abandonamos el gobierno hace un año. En el caso de Zaragoza, el impulso transformador de la ciudad durante los años anteriores a la crisis y el enorme esfuerzo por atender la emergencia social, sumados a la política de asfixia financiera a la que el gobierno central ha sometido a los ayuntamientos tuvieron como resultado una caída enorme de los ingresos y con ella un incremento importante de la deuda. No obstante, desde 2013 los socialistas comenzamos a revertir esa situación mejorando los principales parámetros económicos.
Sin embargo, esa tendencia a mejor, sin haber introducido ninguna política novedosa y habiendo reducido drásticamente la inversión, ha sido truncada por el Gobierno de ZEC con un empeoramiento sensible de los datos económicos, lo que va a obligar a elaborar un nuevo Plan de Ajuste.
CONCLUSIONES
- La experiencia del Ayuntamiento de Zaragoza nos permite ver en qué se traduce un gobierno de Podemos e IU.
- A falta de un proyecto político sólido se abusa de los gestos y los postureos buscando contentar a la tribu y polarizar a la sociedad. No se construyen consensos sino que se fomentan los enfrentamientos.
- Se practica un revisionismo permanente que bloquea proyectos y políticas anteriores sin que éstas se sustituyan por otros proyectos.
- Se paraliza la gestión y se bloquea la iniciativa privada, impidiendo el crecimiento económico necesario para practicar políticas eficaces de redistribución de la riqueza.
- No sólo no se ha tenido capacidad de resolver los grandes problemas de la ciudad sino que se han empeorado por abordarse con soberbia y falta de diálogo.
- A pesar de la parálisis, la falta de capacidad de gestión ha llevado un empeoramiento general de la economía municipal