Todos los consejeros, salvo los de Zaragoza en Común, han votado en contra de la propuesta del presidente del Consejo de Administración, Pedro Santisteve, de cesar al gerente de Ecociudad Zaragoza, Miguel Ángel Portero, a la vez que el debate ha permitido desvelar que algunos puntos, calificados como “hechos verdaderos” que avalaban la deslealtad de Portero, se convertían en falsedades palmarias.
El debate ha sido largo y rocambolesco. El PSOE, que ha empezado la sesión anunciando su voto contrario al cese del gerente de Ecociudad por la falta de documentos e informes que avalasen la gravedad de las acusaciones vertidas contra el funcionario, ha criticado además que el punto se colara en un nutrido orden del día y de tapadillo.
Todos los consejeros que forman parte de los grupos municipales de la oposición han calificado de “inoportuna” la iniciativa contra el gerente. Sin embargo, uno de los momentos más bochornosos del consejo de ha producido cuando se han desvanecido las acusaciones vertidas contra Portero por no hacer todo lo posible para cobrar los gastos de urbanización y los intereses de demora vinculados a la urbanización de Valdespartera. Esta era una de las múltiples razones que se aducían para demostrar la deslealtad del gerente de Ecociudad. Sin embargo, un informe de la Intervención General que acompañaba a la documentación ponía de manifiesto que la sociedad había hecho todos los esfuerzos y había tomado todas las decisiones que tenía a su alcance, pero, señalaba que al tratarse de un tributo tiene que reclamarlo el Ayuntamiento y no la sociedad.
La consejera socialista, Lola Ranera, hacía referencia al “poco rigor” con el que están actuando y a “la persecución” a la que están sometiendo al gerente y a otros trabajadores de Ecociudad a los que el alcalde y presidente de la sociedad, Pedro Santisteve, denunció ante la Fiscalía por presuntas irregularidades en la gestión, que acabaron archivándose. El presidente de la sociedad, Pedro Santisteve, ha aprovechado esta coyuntura para reclamar su derecho a colocar al frente de la sociedad a una persona en la que tenga plena confianza, y los grupos le ha recordado que ese derecho lo podrá ejercer cuando reúna votos suficientes para articular el recambio, pero le recordaban que en vez de optar por una negociación ZeC ha decidido machacar el honor de una persona de manera absolutamente gratuita. Por eso, Ranera le ha recordado al Alcalde “las diferencias que existen entre un comportamiento democrático y una actitud autoritaria”.
Ranera también ha litigado con la vicepresidenta de la sociedad, Teresa Artigas, quien ha querido hacer prevalecer sus posiciones contra Portero echando mano de un nuevo paquete de documentación que nadie conocía. Ranera le ha reclamado todos los documentos que obren en su posesión, porque es la manera en la que funciona un consejo de administración, y ha asegurado que no va a permitir que se sigan “haciendo trampas de esta manera”.
El desarrollo del Consejo de Administración ha visto también cómo la propia Artigas se veía obligada a enmendar una de sus propuestas a petición de los trabajadores de Ecociudad, ya que el texto expresaba “la preocupación del personal de la sociedad” por el funcionamiento de la misma sin que lo hubieran refrendado los aludidos.
Lola Ranera no pasó por alto que este consejo es previo a la sesión inicial de la Comisión de Investigación y Santisteve lo ha querido aprovechar, “a la desesperada”, para tratar de encauzar criterios de debate y posibles futuras conclusiones hechas a la medida de sus deseos.